Tu cuerpo también tiene memorias
¿Cuántas veces sentiste un dolor en el cuerpo que parecía no tener una causa física clara? ¿O notaste que cierta región siempre carga una tensión aun sin un esfuerzo aparente? El cuerpo guarda más que pasos y gestos. También guarda historias.
Estudios de neurociencia somática y de terapia manual muestran que traumas emocionales, estrés crónico y experiencias pasadas pueden manifestarse físicamente como contracturas persistentes, dolores recurrentes o sensaciones difusas de molestia. Este tipo de memoria corporal no pasa por la conciencia, pero influye directamente en nuestro bienestar.
El tejido fascial, que recubre nuestros músculos como una red viva y sensible, es uno de los principales responsables de almacenar estas memorias. Cuando permanece tensionado durante largos periodos, puede “recordar” patrones de dolor, miedo o defensa, incluso cuando la situación original ya ha pasado.
¿Alguna vez viviste un momento en el que un masaje despertó una emoción inesperada? ¿O sentiste un alivio profundo después de liberar una zona que parecía siempre bloqueada? Esto sucede porque el toque puede acceder a capas profundas de sensación y presencia, creando un espacio para que el cuerpo suelte aquello que ya no necesita cargar.
En Espaço Girassol utilizamos técnicas como effleurage, petrissage y el toque consciente para acoger estas memorias con cuidado y escucha. Cada sesión puede ser una oportunidad para silenciar la mente y permitir que el cuerpo hable.
¿Quieres sentir cómo el toque puede transformar tus tensiones en presencia?
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